Discurso sobre las ciencias y las artes, 1750 a la Academia de Dijon. En este texto mantenía una postura pesimista que anticipó muchas de las tesis freudianas del malestar de la cultura y se oponía abiertamente al pensamiento de los filósofos ilustrados defendiendo a las artes y las ciencias, las cuales Rousseau citaba como fuentes de perversión y esclavitud, argumentaba que contribuían esencialmente a la degeneración y envilecimiento del hombre.
Obra de gran polémica en su tiempo, el Discurso arranca de una hipótesis contraria a la mantenida por Hobbes de un estado salvaje de naturaleza en el que el hombre estaba en guerra contra del hombre, siendo cada uno enemigo del otro y viviendo todos en el miedo, la desconfianza y el terror. Rousseau concibe que el estado "natural" del hombre, antes de surgir la vida en sociedad, era bueno, feliz y libre. El "buen salvaje" vivía independiente, guiado por el sano amor a sí mismo. Este estado natural es "un estado que no existe ya, que acaso no ha existido nunca, que probablemente no existirá jamás, y del que es necesario tener conceptos adecuados para juzgar con justicia nuestro estado presente", es decir, se trata de una hipótesis que permite valorar la realidad actual: el estado social, aquel en el que el hombre se aparta de la naturaleza para vivir en comunidad, guiado por el egoísmo, el ansia de riqueza (propiedad) y la injusticia.
El Discurso causó tantas controversias que Rousseau tuvo que abandonar su puesto y dedicarse a trabajar como copista de música. En 1752 presenta en la corte su ópera "El adivino del pueblo."
Para tener acceso al Discurso completo
http://es.scribd.com/doc/50758666
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